Recuerdos de Luis Lobo Posada, julio 2019

Hoy, Luis Lobo Posada, recuerda cosas que pasaban en su juventud o niñez por Posada. Luis, que, según sus propias palabras, cumplirá 90 años el próximo 27 de agosto, pasó toda su vida al frente de la tienda de ultramarinos que existe, desde 1916, en la entrada de nuestro pueblo. Un negocio que debió de abrir sus puertas allá por la primera quincena del mes de junio de 1916. Eso era lo que siempre comentaba su madre, que vino a dar a luz al hermano de Luis, hermano que luego moriría en la guerra, en el frente de Castellón con 21 años en mayo del 38.

Luis nació en 1929. Sus primeros recuerdos son de ver pintar unas cintas con los colores la bandera de España, la monárquica, la de Carlos III, de morado con tinta morada detalle que se le quedó grabado con muy pocos años.

Siempre vivió en Posada, salvo un periodo entre 1941 y 1949 que se fue a estudiar fuera.

Los recuerdos de aquella época son divertidos, siempre andaban más libres que ahora, no había peligro de coches, porque apenas había unos taxis, no había forasteros con lo que todos nos conocíamos. Éramos muchos críos con lo que no había que salir de la zona para jugar, comenta que enfrente de su casa, estaba la familia de Emilio Carrera que tenían 10 hijos, el hermano de este, en La Casona, Francisco Carrera tenía otros 10 hijos y en mi casa éramos ocho. Ya juntábamos medio colegio.

luis lobo
Luis Lobo, en el interior de su tienda

Antes se producían muchas Llenas, inundaciones que cree eran producidas por los levantamientos del terreno (tal como le aseguraba Antonio, el guarda agujas de la época) que se habían hecho a raíz de la entrada en funcionamiento del ferrocarril, se habían producido trincheras que hacían que el agua no pudiera correr y se inundaba toda la zona. Recuerda que desde el año 1909 se venían sucediendo. En un año tuvieron que levantar la tienda hasta el cinco ocasiones, tanto era el desastre que su madre rogaba morirse sin ver otra. El agua a la altura del cajón de las perras con todo lleno de agua y barro. En 1943 venían lanchas desde Niembro que atracaban delante de casa y eran amarradas al balcón de casa. En ocasiones había que andar por la tienda con botas de pescador con el agua por encima de las rodillas

Posada era un pueblo mucho más importante de lo que es ahora. Había un gran mercado. Con menos casas pero con unas grandes ferias como las de Santa Lucía o Santiago que no duraban solo un día. La víspera de Santa Lucía se oía el trotar de los caballos y ya había mucha gente esperando al día siguiente. Ahora nada, ya murió todo y desde Llanes tampoco hacen nada por remediarlo.

Llanes siempre ignoró a Posada, hasta por motivos económicos. Llanes era un pueblo bastante más pobre que Posada. En la capital del concejo prácticamente solo se vivía de la pesca y el capital que los indianos traían al pueblo. Era habitual que los emigrantes que volvían a su tierra edificaran sus palacios o casonas en Llanes, hacerlo en la capital era mucho más elegante que hacerlo en los pueblos, daba mucho más prestigio.

Mientras tanto Posada era mucho más comercial. Había tres talleres de carros, vehículo imprescindible para la época. Uno el de Saturnino Avín, otro el de su hermano José Avín (el abuelo de Zazo) y otro el de Jerónimo Gutiérrez, al comienzo del camino de Bricia rumbo a Niembro. El día de Santiago, durante la feria, era cuando se hacía entrega de los carros encargados durante el año. Todos estaban previamente vendidos pues se trabajaba por encargo adaptando el nuevo vehículo a la necesidad de su nuevo propietario. Los había más grandes, más pequeños, con los laterales más altos, para vacas, para caballos, para burros, etc. Se ponían en fila a lo largo de lo que ahora es la plaza y llegaban a lo que era la casa de la botica (en la actualidad la frutería En Su Punto). No estorbaban a nadie pues como ya dijimos el tráfico era prácticamente nulo salvo algún taxi.

Había tres tejeras: una en la Xerronda en la bajada hacia San Antolín, otra donde está ahora la fábrica del ocle y la tercera, la de Pontón, un poco más adelante camino a Niembro. En verano la gente emigraba a las tejeras de otras zonas, a León, Almazán en Soria, Bilbao, Burgos, Palencia, Mansilla de las Mulas. En ocasiones los teyeros comenzaban por un pueblo y luego se iban desplazando allá donde les llamaban, eran contratados por el pueblo, con material del pueblo. Solo necesitaban que en la zona hubiera barro y roza, el combustible con el que cocían el barro.

Ramonín le contaba que en donde está hoy en día situado el Estadio de fútbol del Rayo Vallecano hubo una tejera de la que, evidentemente, no queda nada.

De las fiestas, la de Santiago no sé desde que época se celebraba, dice Luis. La de Santa Lucía era encima de la caída a bajar hacía San Antolín, en donde había una venta y una capilla (antes las ventas eran como los puntos kilométricos de hoy en día). Decían que por allí pasaba el camino de Santiago y es mentira, el camino de Santiago era este, señalando la carretera que pasa por delante de su casa dirección Naves. Es una cosa que los de Posada deberían de reivindicar, dice, el Camino de Santiago. El Camino Real pasaba por delante de su casa. Entraba por el Camino que va hacia Bricia, por donde ahora van a edificar, pasaba por el lugar conocido como El Llagón, un lago, una poza que se formaba con el agua de las lluvias y en donde iba a beber el ganado de la zona hasta que fueron apareciendo fuentes y bebedores, por allí pasaba el camino de la capilla que ahora es la de la Paz, que en realidad no era la de la Paz porque no existía la advocación de la Paz, era la capilla del Cristo. Por delante pasaba el camino real y subía a Laspra, a Santa Lucía, donde estaba la capilla. Ese camino ya desapareció, la venta cerró y a Santa Lucía la bajaron para Posada.

La Vega, fue la Vega de Santiago, era una explanada, una llanura. La bifurcación del Camino Real era por donde está hoy en día la nave de Guerra o Santos en Quintana. Ahí se dirigía hacía el conocido como Camino Real que pasaba por el Puente de los tres Cubos en la actualidad conocido por el de tres culos y que nadie conoce por su nombre real. iba hacia la venta de Puente Nuevo, luego hacia Mestas del Pimientu y por una calzada se subía para luego bajar a la Estrada, la estratata vía por la prolongación de la calzada romana que allí había. Era el camino hacia la zona de cabrales u Onís. Por el otro lado, cando las obras del viaducto de San Antolín se descubrieron maderos bajo el agua (bien conservados por la falta de oxígeno) con tornos de madera, espigas de madera antecesoras de los clavos que formaban parte del puente que allí había para cruzar el rio y por donde pasaba el coche Doga que llamaban. Era uno de Cabezón de la sal que tenía la concesión de la diligencia. A Luis le tienen contado que de pequeño hacia amistad con Marianín, el zagal de la diligencia, que luego se quedó por Llanes. Personaje que fue retratado en varias ocasiones y del que incluso se habló en el periódico local El Oriente.

Edificios en Posada de aquella pocos. El de Titina, Tita la de Monchi, que se conserva tal y como era en la época y que tiene el record de ser la casa más antigua de Posada, junto a la que alberga el bar Moderno y otras que ya no están como la de Inguanzo o la casa donde tenía mi hermano lo de los muebles antes de construir el edificio en el que está el despacho de las quinielas. Casa Alejo fue posterior, pero tiene su historia. El popular bar, meca de la xiriga, lo que es la casa fue levantada por el boticario del pueblo, de nombre Casado, con lo que ganó despachando medicinas contra el catarro universal de 1918.

Al mercado de Posada venía gente de alrededor, Cabrales entero. Yo conocía a todos los viejos de cabrales de charlar con ellos el día del mercado. El ferrocarril hacia las veces de autopista de hoy en día pues Posada era una de las estaciones más importante y en donde se bajaban muchos vecinos de concejos limítrofes que venían a hacer sus compras. En realidad, el que dio el empujón a nuestro pueblo fue Parres Piñera que tenía mucho poder en Madrid y que influenció en muchas cosas de la época, ahora la gente mira la estatua y no saben ni quien es. Era hermano de mi bisabuela, una hermana de él Joaquina Parres Piñera era la madre de mi abuela, Concepción Cortina Parres que se casó con Cipriano Cortina y tuvieron a mi abuela. Mi madre ya es Posada Cortina Parres. También tenía una hermana casada en Niembro, pariente de Jesús Diaz de la Fuente que fue el que regaló las campanas de la iglesia y Parres les arreglo la torre a lo de Barro pues un rayo la había destruido. Se casó con una Sobrino de Llanes, que era muy rica. Sobrino fue el fundador del hospital, que luego creo que fue hospicio y que en la actualidad es la residencia de tercera edad que lleva el nombre de Faustino Sobrino.

Los trajes de aldeana también han evolucionado mucho. Antes los había, pero eran más naturales más sencillos con menos cuento, aunque era un día grande para el pueblo. No eran tan bordados pues no había el dinero necesario para hacerlos y tampoco era la moda.

Posada tuvo mucho esplendor en la época, vuelve a recalcar. Si se quiere ver la riqueza de un pueblo solo hay que fijarse en los actos sociales del momento, bodas, bautizos y entierros. Los difuntos eran muy importantes y no como ahora con esa moda de incinerar con lo que ya no hay obligación de ir a los cementerios ni a llevar flores en Todos los Santos. Antes era un acto social el juntarse las familias. Para ver la riqueza que había en Posada, solo hay que ir hasta el cementerio y ver la cantidad de capillas y monumentos que hay allí de personas adineradas. Los panteones eran de otra clase más inferior. Muchas de las capillas son de indianos que venían a acabar sus días a su pueblo. Este tipo de edificaciones no las hay con tanta riqueza ni en el cementerio de Llanes ni en el de Ribadesella por ejemplo.

Recuerda en ese momento a Don Aurelio, sacerdote que le da la Primera Comunión con apenas cinco años y meses. Don Aurelio vino a sustituir a Don Luis, el cura que mataron en 1934, yendo hacia Lledías. Era muy serio pero muy buena gente del que tengo un buen recuerdo, me enseñó unos versos (que no recuerdo) cuando yo era pequeño, ese gesto se me quedo bien grabado en la memoria. A don Aurelio le vinieron a buscar a Posada desde Laviana para llevárselo detenido por culpa de un problema acerca de la propiedad del cementerio del pueblo en el que se encontraba en ese momento, pues la iglesia la reclamaba como suyo, pero el pueblo también. Total, que lo tuve que ver pasar por delante de casa, detenido, acompañado por dos hombres que habían dejado el coche en la plaza, con su traje azul de rayas blancas que estaban muy de moda de aquella. Lo mataron de forma cruel, lo quemaron y su cabeza fue colgada de un árbol. Pidió que le enterraran en su querida Posada pues, aunque solo estuvo año y medio aquí cogió mucho cariño al pueblo. Al final no fue enterrado donde él quería.

A la fiesta venían bandas militares a animar el cotarro, también la banda municipal de Oviedo (cuyo director o era oriundo del Mazuco o estaba casado con una de allí, detalle que no recuerda). Vino la Banda del Príncipe que debía ser la del regimiento que llevaba el mismo nombre, aunque después de la guerra ya no vinieron más bandas.

Vino la Orquesta Romo que gustó mucho tanto es así que repitió en los años 1938, 39 y 40. Era de Torrelavega. Esta fue la primera vez que vino una batería Posada. El cantante cantaba a través de un embudo de hojalata, un cucurucho a modo de lo que serían los actuales micrófonos.

La fiesta empezaba cuando llegaba el tren de las cinco, eso siendo yo comisión. Las orquestas eran contratadas con la condición de que no pararan de tocar durante la jornada. Se juntaba la feria de la mañana con la fiesta de la tarde. La gente traía la comida y echaba aquí el día, estaban todos los establecimientos llenos a rebosar. De tarde había incluso un tren especial que salía de Ribadesella, que se contrataba con Los Económicos y que llegaba lleno a Posada. No era ni mucho menos como ahora. Ahora la fiesta empieza demasiado tarde para gente mayor como yo, por eso no se ve a gente de edad por la plaza, y si vas a allá no se puede hablar con nadie por el elevado volumen de los grupos. Antes terminaba a las dos o tres de la mañana, ahora, de mañana literalmente. Antes las bandas ya tocaban por la mañana en la llamada sesión vermut. No había mucho folclore porque la gente de aquí teníamos casi todos negocios que había que atender, la fiesta era casi toda orientada a los que nos visitaban ese día siendo para nosotros un día grande en cuanto a ingresos económicos, venían los veraneantes de Celorio, de Ribadesella (en este momento recuerda a Cabal, el de los calzados de Oviedo, a Rodrigo, a Pepe, etc.)

Hubo años que se hizo la fiesta en los praos del Panchito, donde esta ahora la zona de los bares de después de la vía, aunque casi siempre fe en la plaza. Ponían un quiosco hecho de madera de postes, pintado de azul que se armaba para Santiago por los años veintimuchos. Antes la comisión estaba formada por personas relevantes del pueblo o eso creían ellos como el médico, sus hijas, el notario, gente situada. A mi me tocó ser comisión alguna vez porque me lo pedían, pero no porque yo quisiera. Hoy nadie se quiere comprometer

Mi padre muere en el 55, y me hago cargo de la tienda un año más tarde, vivía en el Urraca y me vine para aquí con mi madre que murió en 1967 a esta casa. El otro día recordé que en esta seré el más viejo en morir. Aquí murió mi abuelo, dos hermanos de mi madre que vinieron de México, con la intención de curar aquí y la muerte los encontró, un hermano mío que nació con insuficiencia cardiaca, que hoy en día le hubieran operado un día y le hubieran dado el alta al siguiente, con 36 años. Después Maria, la mujer que nos ayudaba en casa con 53 años, después mi padre, mi madre y ahora mi mujer. Eso que nunca valí para nada, como poco, bebía algo de vino, no fumé, sonríe.

Y con este último recuerdo se terminaba la conversación que mantuvimos durante más de una hora y en la que disfrutamos de una persona totalmente lúcida, educada al máximo, con un lenguaje envidiable, amable y sobre todo cordial y cercano.

¡Muchísimas gracias, Luis!

Rafael Álvarez Fuente

Julio 2019